Es muy común encontrarnos con varios vendedores ambulantes en las calles del centro de Quito, los mismos que ofrecen desde frutas y verduras hasta ropa interior y artículos de belleza. Esta situación ha causado un debate entre los que están en contra y los que están a favor de esta práctica. Varios dueños de los locales aledaños comentan que los “ambulantes” son unos problemas ya que no al no tener que pagar un arriendo ni entregar facturas ofrecen los productos a un precio muy reducido al que ellos no pueden llegar; tomando en cuenta que los gastos fijos de un negocio son muy elevados. La quejas también viene de los consumidores ya que alegan que muchos de los comerciantes ambulantes se manejan con una actitud hostil; incluso han llegado hasta cometer actos delictivos. Por otro lado también argumentan que los dueños de locales comerciales abusan en los precios de los productos.
El Municipio de Quito en el 2018 realizó varios operativos de control donde sancionaron a más de 395 informales, esperan que para este año logren mejorar los controles.