Las exportaciones no petroleras parecen haberse contagiado de la situación de iliquidez y deflación que tiene adormecida a la economía. El ritmo de crecimiento de las ventas del sector privado al mundo es más de tres veces menos al de los primeros siete meses del año pasado.
El último reporte del Banco Central revela un deterioro del comercio exterior, monetizado por una caída pequeña de las exportaciones de banano en 2018, que contrasta con lo que sucedió un año antes y que tiene varios factores que han jugado en su contra: la devaluación de la moneda rusa, el rubro y las restricciones impuestas por Estados Unidos a Irán.
La crisis económica en la que se debate el mercado argentino, donde Mauricio Macri tiene que subastar dólares para evitar la caída del peso, ya juega en la mente de los bananeros, pues el país del tango es uno de los principales compradores de la fruta en el sur del continente.
Este año a las arcas bananeras dejaron de ingresas 2 millones de dólares. En el año 2017, en relación al 2016, las ventas de guineo habían aumentado 267 millones USD. “Rusia ha dejado de comprar un 15%. La situación tiene relación con la devaluación del rublo, que ha vuelto más caras las importaciones”, señala la Asociación de Exportación y Comercialización de Banano del Ecuador (Acorbanec).
De enero hasta agosto el rublo se ha depreciado. En enero por cada dólar se necesitaban 56.3 rublos, en agosto 68.1, el valor es el más alto en promedio mensual en los últimos tres años. La depreciación del peso argentino ha sido más dramática, de 19.59 pesos por dólar que se requerían el primer mes del año, paso a 38 en agosto.
Irán, que semanalmente compraba desde Ecuador 150.000 cajas, la semana pasada solo llevó 10.000, mientras Argelia y Turquía se siguen calentando. El embargo de EE.UU. a Irán provoca que no haya medios de pago en el comercio exterior. Entre Rusia, Medio Oriente y el Cono Sur (Chile y Argentina) adquieren alrededor del 42.72% del banano de Ecuador (datos de mayo), de acuerdo a la Asociación de Exportadores (Aebe).
La decadencia paulatina e incontrolada del café, que no tiene respuesta en el sector oficial, llevo a una baja del 31%; 20.7 millones dejaron de ingresar, que serían 47 si se suma también la baja de 2017. “Estamos en una situación complicada, no solo las industrias, sino los productores, porque la cosecha ha caído más de lo que el Gobierno imagina”, expresa Bernardo Arosemena, gerente de El Café, que tiene como gran problema el abastecimiento de la materia prima.
LOS PAISES COMPETIDORES DE ECUADOR, COLOMBIA, GUATEMALA Y COSTA RICA, DEVALUAN SUS MONEDAS PARA COMPETIR MEJOR.